La escotadura del vestido condiciona en muchos aspectos la elección del collar, un complemento muy demandado entre el público femenino y que puede lucirse durante todo el año. Conocer la forma del escote y sus posibilidades es indispensable para saber elegir esta joya, disponibles en infinidad de diseños (ópera, trenzado, múltiple, matinée, de princesa, etcétera).
En primer lugar, el escote sin tirantes o strapless es compatible con infinidad de collares Vigo, preferiblemente los de corte más llamativo y diseño pensado para quedar unido a la piel. Estas características hacen que el color elegido para el metal y las piedras preciosas sea más restrictivo, por la necesidad de adaptarlo al tono de piel, diferente en cada persona.
Los escotes tipo barco se caracterizan por su teminación recta en los hombros y una curvatura similar al casco de un navío. Esta forma se adapta bien a los collares con una caída pronunciada, típicas de las gargantillas. Por su parte, los escotes con diseño redondeado exigen collares que armonicen con esta forma, es decir, que sean circulares y preferentemente cortos, para que encajen mejor en el interior del escote.
Los escotes cuadrados plantean el caso opuesto, pues las líneas rectas pueden resultar altisonantes en combinación con collares curvos y redondos. Por esta razón, se recomienda decantarse por gargantillas y collares con una caída pronunciada. Por esta misma solución debe optarse en caso de utilizar un escote en uve, si bien pueden ser aceptables los colgantes más cortos y ceñidos al cuello que, en cierto modo, rompan la monotonía de formas, sobre todo si la falda del vestido acaba en un pico u otra forma aguda.
Los cuellos altos, de cisne, gozan de popularidad en el mundo de la moda, pero generan algunas molestias a la hora de seleccionar el collar más adecuado. Una vez más, los collares que respeten y se adapten a este diseño serán la mejor elección.