Una de las mejores cosas que tiene escribir sobre viajes y gastronomía es que te da muy buenas ideas. Desgraciadamente, la mayoría de los que nos dedicamos a esto no podemos ir a todos los lugares de los que hablamos ni comer en todos los restaurantes que aparecen en los artículos. Pero a uno se le abre el apetito, tanto de comer como de viajar. Y, de vez en cuando, hacemos realidad algunos de nuestros artículos.
En mi último viaje repliqué uno de los itinerarios gastronómicos sobre los que me pidieron escribir visitando varias bodegas denominacion de orixe rias baixas. Debo decir que no era un gran experto en Galicia. Es una región que siempre me quedó muy lejos en distancia, y aunque no cabe duda de que es una tierra muy singular en la península pocas veces la había visitado. Por eso me pareció muy buena idea dedicar un fin de semana de puente a hacer un recorrido por esta tierra.
Pero si hay algo que suelo tener en cuenta a la hora de planificar un viaje es no ser demasiado ambicioso: no me gusta nada crear itinerarios con demasiadas visitas, prefiero centrar los viajes en espacios pequeños y así conocer bien el destino. Por eso en vez de recorrer toda Galicia que era inviable en tan pocos días, me centré en la Rías Baixas, sobre todo acudiendo algunos de los lugares que ya conocía por haber escrito sobre ellos, como las bodegas denominación de orixe rías baixas.
Porque si hay una manera de conocer un destino así es a través de su gastronomía, parte indispensable de la tradición de la cultura de cada territorio. Porque, al final, cada zona se nutre de los productos que tiene más cerca junto con las influencias foráneas que configuran culturas gastronómicas muy especiales. Y así es Galicia donde poseen una de las cocinas más espectaculares de España.
Y entre sus muchos productos singulares destacan los vinos, sobre todo los blancos, conocidos allende los mares. Pero yo también quise ir un poco más allá de lo típico y descubrí numerosos tintos maravillosos, sobre todo para alguien como yo fanático de los tintos.