El merchandising se define como un tipo de material publicitario para empresas que persigue la personalización de productos (tazas, bolígrafos, pendrives, etcétera) con el logotipo, colores y tipografía de una marca, para promocionarla en una determinada cohorte de consumidores.
Sin embargo, los errores de planificación y diseño en campañas de marketing son comunes en startups y pequeñas empresas, sin experiencia previa en esta área de la mercadotecnia. Desentenderse de la estación del año, por ejemplo, puede echar a perder el impacto comercial de una excelente selección de productos de merchandising.
La razón es evidente: toallas, camisas y gafas solares son artículos apropiados para la época estival, no para el invierno. Otro tanto sucede con los productos pensados para fechas tan señaladas del calendario (Navidad, Black Friday, San Valentín) que, por razones de conveniencia, se les decide dar una segunda vida en otros momentos del año. Lógicamente, su rendimiento dejará mucho que desear.
Equivocar al público objetivo es otro de los grandes errores que vienen cometiendo las empresas en materia de merchandising. Las diferentes generaciones de consumidores (boomers, mileniales, Gen Z) e incluso segmentos de estos grupos no son igual de receptivos a, por ejemplo, las nuevas tecnologías. Por este motivo, es prioritario que los responsables de marketing definen el target al que destinan sus esfuerzos, con igual o mayor precisión que la puesta en los objetivos de la campaña. Huelga recordar, lista y llanamente, que quien mucho abarca, poco aprieta; por lo que apuntar a un conjunto de consumidores demasiado amplio no siempre es lo más indicado.
Aunque pueda sorprender, olvidar los datos de contacto en el diseño del material publicitario es una falta nada infrecuente. Como resultado, los destinatarios no podrán pasar a la acción y contactar a la empresa a través de cualquiera de las vías disponibles: teléfono, correo electrónico, página web, etcétera.