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Con o sin copago: ¿qué financiación elegir en seguros de salud?

Antes de contratar online seguro médico privado, la mayor parte de los usuarios suele realizar una investigación previa, comparando los precios, coberturas, garantías, etcétera. En concreto, la financiación trae de cabeza a los contratantes poco familiarizados con la terminología del mercado asegurador.

La palabra ‘copago’ es una de las más repetidas en este ámbito, y es importante que los futuros clientes aprendan sus implicaciones. Este método de financiación se define como «un sistema de pago parcial de un bien o servicio cubierto por un seguro, por el cual el usuario abona una cantidad cada vez que lo utiliza», citando el DRAE.

Profundizando en el concepto, este método determina la cuantía de la prima a pagar, pues cuanto menos sea el copago asumido por el cliente, mayores serán las cuotas a pagar, y viceversa.

Las aportaciones del titular en caso de emergencia médica —el copago, a secas— no tiene por qué generalizarse al total de servicios y coberturas. Existe la opción de aplicar el copago sólo a ciertas asistencias, como las visitas al odontólogo.

Las primas con copago son, por lo general, más beneficiosas en primera instancia, pues el asegurado disfruta de cuotas reducidas desde el día uno. Además, estas pólizas no ponen trabas en la libre elección del cuadro médico.

Sin embargo, un copago medio o alto puede acarrear un sobrecoste descomunal si el interesado se ve afectado por patologías con necesidades sujetas a copago durante un periodo prolongado.

Este riesgo desaparece en los seguros de salud sin copago. El cliente se responsabiliza de satisfacer el pago de las primas, sin asumir ningún coste adicional, ni preocuparse por las veces que precise una cobertura médica en particular.

Como alternativa, los interesados deben valorar si el seguro de salud con reembolso se adapta mejor a su situación familiar y profesional. En esta modalidad, el contratante abona las consultas médicas por adelantado, recibiendo a posteriori una devolución parcial o total, en función de las condiciones pactadas con la aseguradora.