La reciente colaboración entre el tenista Rafael Nadal y la relojera Richard Mille ha causado sensación en el mundo del tenis. Este tipo de vínculos comerciales no son una novedad. De hecho, constituyen una de las estrategias publicitarias más beneficiosas en términos de ventas y de reconocimiento de marca.
La demanda de Relojes Eberhand Co Vigo experimentó un repunte cuando la firma suiza decidió homenajear, en la década de los noventa, al piloto italiano Tazio Nuvolari. El cronógrafo, del mismo nombre, ha envejecido bien hasta nuestros días, siendo considerado un ícono de su segmento. No en vano se comercializó como «el amuleto de la buena suerte del piloto».
En una línea similar, pero más ambiciosa, destaca la campaña ‘What are you made of?’ de TAG Heuer. Para promocionar sus relojes, la firma creada por Edouard Heuer utilizó la imagen de Juan Pablo Montoya, Kimi Raikkonen y Lewis Hamilton, en una monumental inversión que logró acaparar todas las miradas. En concreto, el bicampeón del mundo de F1, Fernando Alonso, contó con una edición especial del calibre S, con la firma del asturiano en la esfera.
Fuera del automovilismo, la asociación entre relojes y famosos también goza de popularidad. Montblanc y el actor Nicolas Cage aunaron fuerzas en la campaña ‘Helping others gives success true meaning’ en apoyo de la organización Heal the Bay. Cada unidad TimeWalker Cronógrafo y Star Cronógrafo produjo una donación en favor de esta causa activista.
En contra de una opinión extendida, la vinculación entre el Rolex Daytona y el intérprete Paul Newman no surgió fruto de un acuerdo publicitario. Durante el rodaje de ‘Quinientas millas’, el estadounidense fue fotografiado con este reloj en su muñeca, que en realidad fue un obsequio de su esposa, Joanne Woodward. Esta vez a Rolex le sonrió la fortuna: estaba en el lugar y el momento preciso.