Descontando enfermedades como la tiña o las neoplasias, la pérdida de pelo en perros es resultado de malos hábitos de alimentación e higiene. Un porcentaje mayoritario de los dueños utiliza geles y champús de uso común en sus mascotas, en lugar de productos diseñados específicamente para canes. Al Comprar Champu Lapsy para pieles delicadas perros y gatos, por ejemplo, se elimina la suciedad en profundidad y se previenen las irritaciones y reacciones alérgicas.
El pH de las pieles caninas es distinto del de los seres humanos. De ahí la importancia de utilizar productos específicos, que previenen la sequedad además de eliminar los capilares y células muertas. Una rutina de cepillado también es fundamental.
Una alimentación deficiente también está detrás de la caída capilar en perros. Su sistema digestivo puede experimentar alergias alimentarias que desencadenen síntomas como el enrojecimiento de la piel, la picazón o la rarefacción del pelo.
Las causas naturales tampoco deben descartarse con facilidad. Como otros mamíferos, los perros mudan el pelaje invernal durante los meses de primavera y verano. Este fenómeno, conocido como muda estacional, explica una pérdida moderada de pelo en momentos puntuales del año.
Por su parte, un cambio en las circunstancias (reforma de la vivienda, mudanzas, alteraciones de la rutina, etcétera) agrega un factor de riesgo para la mascota, al someterla a un estrés que su organismo puede canalizar de muchas formas; por ejemplo, a través de la caída o pérdida de densidad del pelaje.
La infestación de ácaros, pulgas y otros invitados indeseados en el entorno del can puede comprometer su salud. Una de las consecuencias probables es la dermatitis alérgica, cuya picazón característica induce al perro a rascarse y morderse, con el posterior deterioro del pelaje. En particular, las razas bóxer, pastor alemán y golden retriever son muy propensas a desarrollar esta afección cutánea.