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Deja tu vehículo en un lugar seguro antes de volar a tu destino

El parking cercano aeropuerto Alicante ha sido mi último gran hallazgo a la hora de planificar viajes en los que necesito llegar al aeropuerto en mi propio coche. Siempre me había inquietado dónde dejar el vehículo y cuánto tiempo estaría dando vueltas hasta encontrar un hueco decente. Fue llegar a esta solución y sentirme como si hubiese descubierto un tesoro: un espacio vigilado, con servicio de traslado y la garantía de que mi coche permanecería a salvo mientras yo disfrutaba de mi escapada.  

Lo primero que me convenció fue la cercanía. Si hay algo que no me entusiasma es pegarme madrugones infinitos por miedo a atascos o por la perspectiva de aparcar en sitios lejanos. Tener un lugar a pocos minutos de la terminal simplifica todo. Puedo salir de casa con más calma, sin esa ansiedad de “a ver si encuentro un hueco en el infinito universo de aparcamientos” o, peor aún, sin arriesgarme a dejar el coche aparcado en plena calle, con la incertidumbre de que alguien me quite el sitio o, en el peor de los casos, lo golpee o intente robarlo.  

Muchas personas que conozco me habían contado horrores de tener que ir cargados con maletas a pie hasta la terminal después de aparcar a kilómetros de distancia. Aquí, en cambio, el personal me explica que ofrecen un minitraslado hasta la puerta del aeropuerto, casi como un servicio de chófer, de modo que no tengo que estar acarreando todo mi equipaje mientras sudo la gota gorda. Se agradece, sobre todo si viajas con niños o con varias maletas, porque aligera muchísimo la experiencia.  

El tema de la reserva se realiza con antelación. Yo pensaba que era un proceso engorroso, pero me sorprendió lo fácil que resultó reservar en línea y asegurarme un hueco en la fecha que necesitaba. Me pidieron datos básicos y listo, ya tenía plaza garantizada. Al llegar, simplemente confirmé mi reserva y me ubicaron en el sitio que correspondía. Se acabó lo de dar vueltas infinitas buscando el hueco más cercano a la salida.  

Poder contar con vigilancia 24 horas me da una paz mental increíble. No me hace demasiada gracia dejar mi coche a la intemperie, y menos si me ausento varios días. Conozco gente a la que le han llegado multas o les han remolcado el vehículo por estar mal estacionado mientras disfrutaban de sus vacaciones, lo cual es el peor recibimiento posible al volver de un viaje. También he oído de otros que, al regresar, se encontraron con el coche rayado o con un golpe que nadie se hacía cargo de pagar.  

La ventaja de este servicio radica, precisamente, en la seguridad. Tu coche queda en un recinto cerrado, con cámaras y personal que vigila la zona para evitar cualquier incidente. Además, si lo deseas, puedes optar por otros extras, como limpiezas o revisiones básicas, aunque esa parte ya depende de lo que busques. Lo fundamental es saber que tu vehículo quedará en buenas manos.  

Me resultó gracioso enterarme de que algunos amigos ni siquiera sabían que existía una opción tan a mano. Seguían usando taxis o molestando a sus familiares para que los llevaran. Con este parking, no hay que mendigar un favor ni pagar un taxi enorme si vienes cargado de maletas. A mí me ha simplificado mucho las salidas y me permite programar mejor las llegadas, sin esa tensión de “llegaremos a tiempo”.  

Volver a aterrizar y encontrar tu coche tal y como lo dejaste es casi un pequeño placer que hace más agradable el retorno. Subes al vehículo, lo enciendes y te pones en marcha sin depender de horarios ajenos. Si el vuelo ha llegado con retraso, no tienes que preocuparte de que alguien te espere afuera con mala cara. Es tu espacio, tu plaza reservada, y eso te da cierta libertad para no estar pendiente de mil imprevistos.  

Me alegra saber que la oferta de este tipo de servicios está creciendo, porque a veces la comodidad marca la diferencia a la hora de viajar. Sentirse tranquilo con el tema del aparcamiento es un punto a favor para comenzar unas vacaciones con buen pie o para gestionar un viaje de negocios sin agobios innecesarios.